Los objetivos empresariales funcionan como un mapa que guía a la empresa hacia los buenos resultados y el éxito. Marcan las acciones que se van a llevar a cabo dentro de una compañía, ya que establecen qué se quiere lograr y hacia dónde se quiere llegar. Visto esto, queda claro que no son ninguna tontería, sino que funcionan como la base sobre la que construir tu empresa. Por ello, en este post te traemos una breve guía sobre los objetivos de un negocio.
Cómo definir los objetivos de una empresa: metodología SMART
Decidir qué metas vas a seguir en tu compañía requiere un proceso largo y fundamental, debido al papel protagonista que tiene en el éxito empresarial. Para que no tengas ninguna duda una vez llegados a este paso en tu negocio, te explicamos brevemente cómo definir los objetivos de una empresa.
Antes de ponerte manos a la obra, es necesario realizar un análisis interno y externo de tu proyecto para saber con exactitud las circunstancias en las que se encuentra y tener una base sólida sobre la que empezar a construir. Terminado ese paso, recoge todos los resultados obtenidos del análisis y, sin olvidar la misión y visión de tu empresa, piensa en qué tienes que mejorar, cuáles son tus prioridades y qué quieres lograr. Una vez hecho eso, llega el momento de establecer los objetivos generales, que deben ser amplios y globales. Estos son los que guiarán a largo plazo a tu empresa.
Ahora llega el momento de establecer objetivos concretos. Un paso algo más complejo que definir los generales, ya que, a diferencia de ellos, estos son más específicos y deben estar más detallados. Desde Extremadura Open Future, recomendamos definirlos siguiendo la metodología de objetivos SMART, es decir, inteligentes. Este acrónimo en inglés hace referencia a las 5 características que los objetivos de tu empresa deben tener para funcionar:
- Específicos (Specific), o lo que es lo mismo, concretos. Deben definir y detallar exactamente qué se quiere lograr y no debe buscar algo global.
- Medibles (measurable). Los objetivos que definas deben permitir establecer criterios e indicadores para medirlos y evaluarlos. Esto es lo que posibilita medir el éxito de tu proyecto.
- Alcanzables (achievable). Tus objetivos deben ser realistas, es decir, que puedan llegar a lograrse. Esto no es sinónimo de que sean fáciles, pero no deben estar totalmente fuera de tu alcance.
- Relevantes (relevant). Los objetivos concretos deben estar alineados con los generales antes establecidos y, además, aportar un efecto significativo a la empresa, de lo contrario, no serán relevantes
- Temporal (time-based). Todos los objetivos deben enmarcarse en un periodo temporal delimitado. Es importante fijar una fecha límite para lograrlos.
Definir tus objetivos empresariales siguiendo esta metodología aporta numerosos beneficios a tu negocio como, por ejemplo, un mayor control; una optimización de la comunicación; permite poner el foco en lo más importante; mejora la planificación, etc. Una vez hayas definido tanto tus objetivos generales como los específicos, no olvides que debes seguir todos los resultados para saber si están funcionando y si estos se están alcanzando.
Metas de un negocio que no deben faltar
Aunque las metas de un negocio dependen mucho de la empresa y cada una son diferentes, existen una serie de aspiraciones que no deben faltar en ninguna compañía:
- El aumento de la rentabilidad.
- Fidelización de los clientes
- Aumento del número de ventas
- Destacar frente a la competencia
Por tanto, si tienes una empresa, estas metas básicas deben perseguirse para poder alcanzar el éxito. Pero estas no son las únicas, sino que también deberás establecer tus objetivos generales y concretos como antes te explicamos. Para que comprendas bien en qué consiste esto te ponemos aquí unos ejemplos: el objetivo general de una compañía puede ser convertirse en el referente líder de su sector en el país; mientras que entre sus objetivos específicos puede estar mejorar su branding para que sea más moderno o incrementar el personal en un área concreta en un porcentaje determinado.
Ahora, ha llegado el momento de que tú comiences a definir tus objetivos empresariales y ponerte manos a la obra para lograrlos.